miércoles, 30 de octubre de 2013

LAS 7 DIRECTRICES PARA UNA BUENA RELACIÓN Y COMUNICACIÓN



1.    Acepte a su pareja “tal como es”: No culpe. Acepte que, si mantiene la relación es para encontrarse bien juntos, no para arreglar, reformar o perfeccionar a su pareja. Responsabilícese de sus propios sentimientos. Puede permitirse el influir en su pareja, pero no exigirle que cambie. Y dele también la libertad para que influya en usted. Sí, para que le persuada y le informe.
2.    Manifieste su aprecio con frecuencia: Evite las críticas constantes. Reconozca con frecuencia las cosas buenas de su pareja, aunque sea por pequeñas cosas. Encuentre, descubra  o incluso cree cosas que valora realmente en su pareja y hágalo saber. La sinceridad y la honestidad son muy importantes aquí. Evite una relación de tipo “asesino”, criticando frecuentemente a su pareja.
3.    Comuníquese desde la integridad: Sea honesto respecto a las creencias y las evidencias que estén en desacuerdo con sus propios puntos de vista de lo que está sucediendo. Cuando su pareja tenga razón, admítalo. Sea sincero, pero con tacto. Acepte la existencia de diferentes percepciones de una misma cosa. Establezcan el acuerdo de no castigarse uno al otro y háganlo honestamente. Acuerden que ambos van a ser honestos y que van a creer en la honestidad del otro.
4.    Comparta y explore las diferencias con su pareja:  Explore los desacuerdos con su pareja con el fin de ir hacia un acuerdo en el que salgan ganando los dos, de alcanzar una resolución  que acepte parte de los dos puntos de vista o con el fin de estar de acuerdo en el desacuerdo. Además, este dispuesto a llegar a un arreglo, sin hacerle creer que está de acuerdo cuando, en realidad, no lo está.
5.    Apoye los objetivos de su pareja: No renuncie a su propia integridad ni a sus puntos de vista o deseos importantes, pero vaya hasta donde se lo permita su honestidad para apoyar a su pareja, aun cuando usted esté claramente en desacuerdo.
6.    Concédale a su pareja el derecho a equivocarse: Respete el derecho de ambos a ser una persona falible (su inalienable derecho a cometer errores y a aprender de sus experiencias y errores).
7.    Reconsidere sus necesidades como objetivos que puede alcanzar con posterioridad: Esta es una directriz que le va a permitir trabajar adecuadamente con las otras seis directrices. Cuando no consiga lo que quiera o desee, recuerde que no tiene por qué conseguir lo que quiere, ¡ahora o nunca!
Opte por practicar las siete directrices como un compromiso unilateral, haga lo que haga su pareja. Cada vez que las cosas no le salgan bien, intente descubrir dónde se  equivocó. También puede que tenga algo importante que aprender sobre su manera de hablar o de escuchar.


Como mejorar las relaciones íntimas. Albert Ellis & Ted Crawford. 2003

viernes, 25 de octubre de 2013

Reflexión

"LA VIDA ES COMO UN ARCO IRIS, CUANTOS MÁS COLORES VES, MÁS OPORTUNIDADES TIENES". María del Carmen Vera M.

domingo, 20 de octubre de 2013

LOS CELOS

El tema de los celos es una amenaza real o imaginaria a nuestra relación con nuestra pareja por parte de otra persona (rival). Los celos malsanos se han descrito como “una preocupación irracional excesiva por la fidelidad de la pareja y que carece de bases objetivas” (Bishay y otros, 1996, pag9 ). Si padecemos celos malsanos, podemos inferir lo siguiente: que el “abandono” de nuestra pareja es inminente, que nuestra relación está amenazada cuando no es verdad, las conversaciones de nuestra pareja con otra persona son prueba de infidelidad, que ya no tenemos en exclusiva la atención o el amor de nuestra pareja y que nuestra pareja actúa de una manera que viola nuestros “derechos de propiedad”. Los celos se suelen combinar con otras emociones, por ejemplo: ¿y si me deja? Sin ella no podré vivir” (ansiedad); “si se siente atraído por otra mujer es que me encuentra repulsiva” (depresión); “Le romperé  la cara a ese cabrón por intentar quitármela” (ira). Según Hauck (1982), la causa de los celos no es la desconfianza hacia nuestra pareja, sino la falta de confianza en nosotros mismos: nuestra supuesta incapacidad de afrontar y vencer a rivales reales o potenciales porque nos creemos inferiores a ellos (por ejemplo, por no ser tan atractivos o buenos en la cama).
Cuando sufrimos celos malsanos es probable, entre otras cosas, que busquemos constantemente que nuestra pareja nos confirme su amor (de verdad me quieres?), que controlemos su conducta (“Me dijiste que fuiste al bar el viernes por la noche, pero Juan me dijo que no te vio), que busquemos indicios de infidelidad ( revisarle el celular para buscar conversaciones comprometedoras), que limitemos sus movimientos (“no quiero que vayas a la fiesta de tu oficina) y que la acusemos continuamente de infidelidad (“no me mientas más, sé que la estás viendo”). El resultado más previsible de esta conducta es conseguir que se aleje de nosotros mismos la persona a la que decimos querer tanto!
En los celos leves o moderados (lo que Ellis  [1996] llama “celos sanos”), también inferimos la existencia de una amenaza para nuestra relación pero la usamos como un estímulo para descubrir que puede funcionar mal en la relación e intentar corregirlo de una manera constructiva (por ejemplo: nuestra pareja está harta de que trabajemos tantas horas y de nuestra escasa actividad sexual, y nos comprometemos a dedicarle más tiempo tanto dentro como fuera de la cama). No exigimos la exclusividad de la atención o el amor de nuestra pareja porque comprendemos que puede ser atractiva para otras personas, sin que ello signifique que acabe en la cama con alguien.
Si la infidelidad ya se ha producido y aún queremos salvar la relación, podemos exponer con firmeza qué cambios esperamos en la conducta de nuestra pareja y las consecuencias de una “recaída”. Si somos rechazados por nuestra pareja, no debemos rechazarnos nosotros mismos a causa de ello porque la evaluación que hagamos de nuestra persona está en nuestras manos, no en la suya (“puede que ya no me quiera, pero aún puedo conseguir una pareja si así lo deseo).
En conclusión es importante identificar si “sufrimos de celos malsanos” y buscar soluciones a esto, de manera tal, que en futuras relaciones de pareja nos ahorraremos mucho “sufrimiento” y orientaremos más nuestra atención a disfrutar de la persona que hemos elegido.

Coaching para vivir. Michael Neenan y Windy Dryden. 2002

Adaptación: MC Vera M. Instituto Albert Ellis Colombia

viernes, 18 de octubre de 2013

10 TIPS PARA UNA BUENA COMUNICACIÓN


1. Evita juzgar

2. Intenta no etiquetar

3. Trata de no asumir una posición acusatoria

4. Recuerda no “sacar el pasado judicial”

5. No compares

6. Evita las amenazas

7. Describe tus emociones en vez de atacar o manipular con ellas

8. Mantén tu lenguaje no verbal abierto y receptivo.

9. Expresa mensajes completos y concisos

10. Verbaliza mensajes claros




martes, 15 de octubre de 2013

AUTOACEPTACIÓN INCONDICIONAL



Es importante que empecemos por reconocer que las creencias  irracionales que desatan gran parte de nuestras emociones  y conductas autodestructivas incluyen siempre autoexigencias (tengo que, debo, es necesario que...) Una vez logremos identificarlas, lo siguiente es  combatir activamente esas exigencias absolutistas que nos imponemos y que tantos problemas nos ocasionan.
Para ello, comenzaremos hablando de la  autoexigencia incondicional, una de las actitudes o filosofías que nos ayudarán a evitar la perturbación o al menos, a reducir nuestras tendencias desestabilizadoras. La autoaceptación incondicional  consiste en aceptarse (y quizás valorarse como una persona razonablemente buena) independientemente de la conducta. Es decir, independientemente de que le salgan a uno las cosas bien  o que se gane la aprobación de los demás. Eso no quita que no juzgue lo que hace y como lo hace, porque necesita vivir en el mundo y llevarse bien con los demás. También es posible que uno se marque metas muy altas sobre lo que puede hacer, lo que le gustaría hacer y cuanta aprobación le gustaría recibir de sus familiares y amigos. Sin embargo, en el caso de la autoaceptación incondicional, uno preferiría alcanzar estas metas, pero nunca se las impone como una condición para su bienestar y su aceptación. Además cuando una persona se acepta incondicionalmente no está evaluando su forma de ser basándose en sus metas, sino se acepta existencialmente porque así lo elige. Con la autoaceptación incondicional a uno le debe gustar o no lo que hace y aceptarse incluso cuando no le guste del todo su forma de pensar, sentir y actuar.
Cómo conseguir la autoaceptación incondicional?
·         Decida que es un individuo único, que está vivo y que quiere llevar una vida feliz, libre de  sufrimiento. Esta es la vida que quiere y que elige.
·         Decida seguir adelante y llevar una vida feliz, intentando llevar a cabo muchas actividades (como despertarse en la mañana e ir a trabajar) y convivir cordialmente con otras personas que le ayudarán a seguir vivo y a llevar una vida razonablemente feliz.
·         Para funcionar adecuadamente evalúe las cosas que hace (y no hace), para saber si le ayudan a seguir adelante con su vida y a ser razonablemente feliz. En caso afirmativo, las califica de “buenas” y de no ser así las tacha automáticamente de “malas”. Generalmente también emite juicios de valor sobre las relaciones que tiene con los demás: si se lleva bien con ellos, son “buenos” y si se llevan mal, los califica de “malos”.
·         Decida no dar a su forma de ser, su esencia y su persona una evaluación general. Tenga en cuenta que  a lo largo de la vida los seres humanos realizamos miles de acciones; algunas buenas, otras malas y otras ni buenas ni malas. En consecuencia, es muy probable que juzgarnos globalmente como personas sea inexacto, además de imposible.
·         Cada uno tenemos una personalidad definida (somos únicos), pero es mejor que evitemos valorar o juzgar nuestra forma de ser. Todos llevamos a cabo un sinfín de actividades para conseguir nuestros objetivos de seguir vivos y vivir felices. Recuerde que no somos lo que hacemos, sino más bien un proceso cambiante y vivo. Por este motivo es imposible juzgar nuestro ser con exactitud y rigor.
·         Por lo general, preferimos evaluar nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos a evaluarnos como personas. Sin embargo, no es fácil hacerlo porque tenemos una fuerte tendencia a emitir juicios y valoraciones sobre lo que hacemos y lo que somos, es decir, sobre nuestra forma de ser. Esto es algo que aprendemos de la sociedad, de nuestra familia, los amigos, profesores , medios de comunicación, etc. Nuestra tendencia, tanto innata como adquirida, a autoevaluarnos es tan fuerte que llega un momento en que se convierte en una práctica habitual y automática. Es importante tratar de hacer el esfuerzo de no juzgarse como personas aunque nos cueste.
Cuando se alcanza el estado de autoaceptación incondicional, uno se observa y se dice: “mi forma de pensar, sentir y comportarme es inadecuado y desestabilizadora, pero yo, como ser humano, tengo el poder de moldearla y mejorarla. En mis manos está hacerlo”. Por consiguiente, aceptarnos incondicionalmente nos ayudará a crecer y madurar, mientras que si nos definimos automáticamente  como “malas personas” o “personas poco capaces” sólo conseguiremos limitar nuestra capacidad de desarrollo.
En consecuencia, podemos concluir que “Dado que no soy ni “bueno” ni “malo” al cien por ciento, y dado que tengo control sobre mi conducta, tengo la opción de aceptarme con mis “buenas” acciones y también con las “malas”. Por lo tanto, una vez más, puedo prolongar mi vida y colmarla de felicidad. Además, puedo corregir mis “malas” acciones y aumentar de esta forma las “buenas”, lo cual me permitirá vivir más alegremente

Sentirme mejor, estar mejor y seguir mejorando. Albert Ellis, 2001.
Adaptación: MC Vera M. Instituto Albert Ellis Colombia



jueves, 10 de octubre de 2013

LOS COSTOS DE LA IRA


La ira destruye las relaciones personales:

 Uno de los costos más corrientes de la ira, probablemente el más elevado de todos, es el daño que causa a nuestras relaciones personales.  Curiosamente, las relaciones que quedan dañadas suelen ser los mejores que tenemos. Muchas personas creen que la ira la dirigimos principalmente hacia la gente que nos cae mal. ¡Nada más falso!  Varios estudios recientes, confirman que esto no es cierto. La mayor parte de las veces nos enfadamos con las personas que mejor conocemos. Entre los  blancos más frecuentes de la ira figuran los cónyuges, los compañeros de trabajo, los hijos y los amigos. Muchas veces la persona que siente ira le echa la culpa a los demás cuando sus relaciones se vuelven tensas, se niegan a transigir o limar asperezas cuando surgen desavenencias, no cargan con la responsabilidad de su ira ni se dan realmente cuenta de los funestos costos de ésta hasta que no empieza a resquebrajarse alguna de sus mejores relaciones.  En muchos casos, no se dan cuenta de que por sus sentimientos y arrebatos coléricos están perdiendo amigos y dejan de influir en la gente hasta que ya es demasiado tarde. 
Pensemos en nuestra propia vida, ¿ha destruido nuestra ira alguna relación importante? ¿Tendemos a hacer a los demás responsables de la manera como nos sentimos? Si seguimos en este plan, ¿dónde nos encontraremos de aquí a unos años? Liberarnos de nuestra ira y ser más transigentes y flexibles con nuestras amistades nos reportará grades ventajas a largo y corto plazo.

La ira afecta negativamente a nuestras relaciones laborales:

 El trabajo es a menudo muy frustrante, jefes demasiado exigentes, colegas envidiosos, clientes airados, plazos inflexibles, injusticias de todo tipo….motivos de sobra para poner a prueba nuestra paciencia. Pero enfurecernos a causa de nuestras frustraciones puede frustrarnos aún más. En primer lugar, puede bloquearnos a la hora de abordar cuestiones importantes y limitar nuestra capacidad para realizar un trabajo de calidad.
Llevarnos bien con los demás en el trabajo es importante para tener éxito en el trabajo, tanto incluso como nuestra  capacidad para hacer ese mismo trabajo. A nuestros colegas y superiores les molesta trabajar con nosotros si mostramos frecuentes estallidos temperamentales. Nos verán como a un cliente difícil y estarán deseando perdernos de vista cuanto antes.  La incapacidad para dominar la ira entre los ejecutivos, especialmente en situaciones de presión, figura como una de las principales causas de los ascensos laborales  frustrados, de los despidos y de las “invitaciones” a pedir la jubilación anticipada.
Saber controlar nuestras emociones en el trabajo, a pesar de las inevitables frustraciones, es a menudo crucial para la buena marcha de nuestra vida profesional.
La  ira hace también que desviemos nuestra energía y atención del trabajo, como? Obsesionándonos con alguna situación “injusta” o con la idea de vengarnos de un compañero de trabajo o superior; o también induciéndolos a realizar algún tipo de sabotaje sutil, a negarnos a seguir directrices sensatas, a dejar que  cosas importantes se vengan abajo o incluso a hacer un esfuerzo descomunal con tal de  destruir el trabajo de otra persona. No pensemos que obsesionarnos con la “injusticia” de alguna persona, o vengarnos de  ella, nos ayudará a resolver constructivamente los conflictos o a hacer un trabajo de calidad. El reaccionar airadamente o “salir huyendo” impulsivamente alentamos a la gente a suponer que no sabemos dominar las frustraciones y que nos enfadamos apenas las cosas se complican. Una alternativa más saludable es aprender a dominar nuestra ira y hacer lo posible por mejorar la situación. Si esto no funciona, podemos decidir  irnos a buscar otro trabajo con un mejor entorno laboral.
Otra razón importante para mantener la ira bajo control es porque puede conducir fácilmente a la agresividad. La ira no conduce automáticamente a la agresión, pero sí muy a menudo.
Cuando nuestra ira origina pérdida de relaciones interpersonales importantes, es fácil que lleguemos a una depresión.  La ira y la depresión nos pueden afligir simultáneamente. Así, podemos echar la culpa a otras personas o circunstancias y enfadarnos, o autoflagelarnos y caer en depresión.
Si no sentimos deprimidos a causa de nuestra ira, podemos romper esta relación causal esforzándonos por liberarnos de ella y por cambiar las cosas de nuestra vida que no funcionan. Al igual que ocurre con la depresión, los sentimientos de culpabilidad y turbación también pueden ser producto de nuestras frecuentes rabietas. Así, podemos sentirnos tan turbados por algo que hemos dicho o hecho estando enfadados que nos menospreciamos a nosotros mismos y tratamos de evitar a las personas con las que estamos irritados.

La decisión de vivir con menos ira puede ser una de las más importantes que  tomemos  en nuestra vida, y tú estás preparado?



Controle su ira antes de que ella lo controle a usted. Albert Ellis, 2007.

Adaptación: MC Vera M. Instituto Albert Ellis Colombia

miércoles, 2 de octubre de 2013

PONIENDO EL PASADO DETRÁS DE TI


Bill Borcherdt

1. Lo que es pasado ya está dicho y hecho. Lo que es importante es lo que puedo darle a mi presente y a mi futuro.
2. Es mejor concentrarme en lo que estoy haciendo hoy, en vez de concentrarme en lo que hice o no hice ayer.
3. Es mejor ocuparme en el presente, en lugar de preocuparme acerca del pasado.
4. El pasado no va a ser mejor, ya pasó.
5. Las malas decisiones que se toman en el pasado no tienen por que repetirse en el presente.
6. Porque algo pasó una vez, no significa que tenga que seguir pasando.
7. No puedo reescribir la historia y cambiar las cosas que pasaron.
8. Reclamar por las injusticias del pasado solo lleva a una mala situación a ser peor.
9. Haber sido tratado injustamente, en el pasado es una de las razones importantes, para tratarme a mí mismo justamente en el presente.
10. Ahora que me han enseñado como no se debe tratar a la gente; puedo saber cómo tener un mejor trato con ellos.
11. Puedo usar lo que no me gusto en el pasado para hacerme más fuerte emocionalmente en el presente.
12. El trato de algunas personas hacia mí es como si yo no valiera, pero esto no significa que no valgo. Lo que alguien dice no es automáticamente cierto.
13. Sentir lástima por mí mismo, enojo con los otros, culpa o vergüenza solo me ayuda a mantenerme lejos de la felicidad en el presente y en el futuro.
14. Lo que yo me diga en el presente es mucho más importante que lo que los demás me hayan dicho en el pasado.
15. Las experiencias pasadas no me representan. Solo representan vivencias, que he experimentado pero no me convierten en mejor o peor persona.
16. Mi pasado no es mi enemigo. Mi enemigo es la manera como yo pienso de mi pasado.
17. Lo que me haya pasado es importante, pero más importante es lo que yo decida hacer con eso.
18. Voy a tratar de seguir poniendo mi pasado atrás y cambiando mis pensamientos y sentimientos acerca de eso, pero no voy a lastimarme si en algún momento no lo logro.
19. Vivir bien es la mejor revancha.

Artículo contenido en: Manual práctico Terapia Racional Emotiva Conductual. Leonor lega y Ana Catalina Vargas

domingo, 29 de septiembre de 2013

Cuáles son los miedos a marcharse cuando tengo una pareja abusiva?

El temor puede mantenerte en una relación que de otro modo podrías dejar y dejarías. Es importante que seas capaz de evaluar tu situación sin miedo, ya que es la única manera en que lograrás ver con claridad y lógica como quieres que sean tu relación y tu vida y sobretodo es la manera que te sentirás capaz de tomar decisiones de forma racional  en lugar de emocional.
En ocasiones existen razones válidas para continuar. Sólo tú puedes decidirlo, pero tanto si decides quedarte o abandonar, aún tienes que superar tus miedos porque mientras sigas sintiendo temores sobre abandonar, ellos y no la razón dictarán tu decisión.
Temor a estar sola:   Muchas mujeres temen quedarse solas y asumen que quizás no volverán a conseguir una pareja y por ello muchas veces se quedan con la pareja abusadora. De lo que no se dan cuenta y que realmente es importante es que ya llevan mucho tiempo solas. Probablemente, la peor clase de soledad es estar con alguien que no está ahí: no está ahí para amarte, apreciarte, valorarte, comprenderte y escucharte.
Puedes querer un hombre en tu vida sin necesitar uno; si todavía estás con un hombre abusivo debido a tu gran temor de estar sola, puedes en lugar de creer que necesitas una pareja recordarte a ti misma repetidamente estas cosas:
1.       Tu valía como persona depende de ti, no del amor de otras personas, y ciertamente no de tus crueles compañías. Tú vales simplemente por ser tú, tanto si tienes pareja como si no. Cuando te aceptas a ti misma de manera incondicional, no necesitas la aprobación de los demás para sentirte valorada.
2.       Adiós al cuento de hadas y bienvenida la realidad. Continuar con tu pareja abusiva es aferrarse a un cuento de hadas, es estar viviendo una ilusión. Decidir es ser libre, elegir, buscar tu camino, lo que tú quieres y significa entender que ya no estás en un castillo y comienzas a construir tu casa.
3.       Tu pareja no es el único para ti. Puede que creas que si abandonas, estarás perdiendo al único y verdadero amor de tu vida, que jamás volverás a sentir amor y que será muy difícil sentir pasión. Asumes que tu pareja tiene una varita mágica que produce el efecto de encantamiento permanente volviéndose casi una adicción y la confundes esto con amor.  Si piensas que tu pareja es la única persona en el mundo que puedes amar o con la que puedes disfrutar sexualmente, estás enganchada en un supuesto, no en un hecho, tu como sabes que no volverás a querer a alguien? Posees poderes  sobrenaturales que te permitan predecir  el futuro? 
4.       Puedes arreglártelas sola: Ciertamente existen ventajas en tener un hombre cerca, pero también puedes aprender a estar contigo misma.  Puedes hacer las cosas que quieras: salir con amistades, trabajar, estudiar, ser responsable de tus finanzas, criar a los niños y esto no requiere tener a una pareja al lado. Nadie se muere por no tener pareja, aprendemos a tolerar la soledad y buscar las ventajas que esta trae para ti: libertad, decisión en como usas tu tiempo y divertirte sin ansiedad y miedo.
5.       Estar sola no significa que  tengas que permanecer sin amor, sin compañía o sin sexo. Estar sola no es fácil ni está exento de dolor al principio, pero tu vida tampoco es fácil e indolora cuando estás con tu pareja abusiva. Lo importante es que cuando estás sola, se pone fin al dolor producido por el abuso. En la medida que  pase el tiempo aprenderás a disfrutar de la tranquilidad y paz, encontrarás nuevos rumbos y personas y poco a poco irás ampliando tu red social, saliendo del abismo del abuso.

Los temores al cambio y a lo desconocido.  Cuanto más inseguras son las personas, más necesitan de los modelos familiares y saber qué esperar. Esto es especialmente cierto en aquellas personas que están inmersas en una relación abusiva. El temor a que llevar a cabo el cambio nos puede conducir a algo peor  a menudo mantiene a las personas encerradas en donde están. Creen “más vale algo conocido, que lo bueno por conocer”. Cambiar las costumbres y arriesgarse a probar otras nuevas, son conceptos que  ves como “peligrosos”, pero sabes cómo lograrlo? Haciendo el cambio, dando ese paso e identificando que tu única barrera  es tu imaginación: ves escenarios catastróficos. Si permites que estos temores tomen dimensiones gigantescas en tu mente, tendrás demasiado miedo y permanecerás en el abuso. Puesto que el miedo al cambio es en verdad un temor a cómo puedes manejar las nuevas situaciones o condiciones, la mejor manera para reducir tu temor es forzarte a cambiar algunas cosas de tu vida. Tu coraje para hacer cosas que temes es como un músculo del cuerpo; para volverse más fuerte tiene que  ser ejercitado. Hay que arriesgarse a una incomodidad temporal para encontrar la comodidad.
Puede que te sientas de verdad muy cómoda con el cambio o puede que te acostumbres a él y te guste. Pero de cualquier manera, puedes superar el horror a EL, por tanto no te volverás a sentir pegada a las malas situaciones. Cada vez que logres afrontar el cambio, te fortalecerás y continuarás y te sentirás satisfecha por lo que has logrado y así, lo irás generalizando a otros aspectos de tu vida.

Bibliografía:

El secreto del abuso verbal. Albert Ellis y Marcia Grad. 2002
Adaptaciones: MC Vera M.

Instituto Albert Ellis Colombia

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El abuso sutil

EL ABUSO SUTIL

El abuso sutil te produce la incómoda sensación de inquietud de que hay algo que está muy mal, pero no puedes llegar a averiguar que es. Puede que sientas una sensación de malestar en el estómago, un nudo en la garganta, o alguna reacción física. Cuando convives con el abuso sutil, te tornas tan condicionada por él que no parece tan malo como una vez lo fue. La ansiedad callada se vuelve tu nueva norma. Pero el efecto acumulativo a través del tiempo de las múltiples repeticiones de abuso sutil puede ser devastador. Aunque las variaciones de abuso sutil son muchas, todas tienen que ver con el ser tratada con desconsideración. Algunas de las formas más comunes son:

·         Expresiones desaprobadoras y acusatorias, tales como un rostro exasperado o enfadado, lo cual niega tu pareja, con lo que implica que te imaginas cosas.
·         Tono de voz desaprobadores, acusadores o sarcásticos, lo cual niega tu pareja, normalmente afirmando que has oído mal.
·         Comentarios hirientes emitidos con una voz sincera y preocupada.
·         Críticas sobre tu apariencia, las cosas que dices, o la manera en que las dices, que tu pareja argumenta que son por tu propio bien.
·         Comentarios sobre que estás equivocada, eres estúpida, descuidada o por otra parte corta o incapaz, que tu pareja niega haber querido insinuar o decir en absoluto.
·         Juicios o incluso rechazo sobre la validez de tus ideas, pensamientos o sentimientos. Tu pareja insiste en que conoce tus intenciones, pensamientos o sentimientos mejor que tu.
·         Te desafía o emite observaciones condescendientes sobre opiniones, creencias, elecciones, decisiones, metas, sueños o logros. Tu pareja siempre te exige pruebas antes de creer lo que dices.
·         Insultos, comentarios despectivos, u observaciones sarcásticas, que pueden incluir réplicas ácidas o desaires hacia ti, tu familia o amigos, tu trabajo o las cosas que te gusta hacer. Tu pareja te explica que no quiere insinuar nada sobre ti, no quiere decir lo que piensas que quiere decir, sólo está bromeando, te lo estás imaginando o puede que niegue haber llegado a hacer en absoluto el comentario.
·         Bromas que te rebajan y que pareja afirma que te las has tomado mal. Te acusa de ser demasiado sensible y de exaltarte en exceso.
·         Comentarios repetidos de que algún otro, siempre o nunca hace esto o aquello, queriendo insinuar que la otra persona es mejor que tu.  Cuando consigues algo especial, tu pareja no lo ve como algo importante.
·         Conducta insensible o hiriente que arruina tu humor cuando te sientes feliz o excitada o cuando estás celebrando algo especial.
·         Interrupciones de tu pareja cuando conversas. Te interrumpe cuando estás hablando con otras personas o contesta preguntas dirigidas a ti.
·         Repetidas acusaciones de que prestas más atención a tus hijos, a otros miembros de la familia o amigos que a él.
·         Altera tus palabras, distorsionando el significado de lo que dices.
·         Dice lo que tiene que decir, y luego se niega a escucharte a ti.
·         Te ignora o no te responde cuando le haces una pregunta.
·         Te paga con silencios y rechaza que algo esté ocurriendo.
·         Te oculta sus pensamientos y sentimientos.
·         Con frecuencia no aparece en acontecimientos que son importantes para ti, llega tarde, o no viste de la manera adecuada.
·         Espera o desea que estés en casa esperándole incluso cuando no sabe o no dice cuándo llegará.
·         Rompe sus promesas y compromisos contigo: acepta hacer cosas pero no las hace, después afirma que se le “olvidó” o te exige que dejes de regañarlo por ello.
·         De manera habitual se niega a llevar a cabo pequeñas peticiones que otras personas considerarían razonables.
·         Por rutina coloca sus deseos y necesidades por delante de los tuyos.
·         Generalmente no acepta que  ha cometido un error o que se ha expresado de manera inadecuada.
·         Tiende a manipularte de tal manera que te sientas “culpable”.
·         Suele hacerte sentir como si tus cosas no fueran importantes.
·         Te dice que gracias a él tienen esto o aquello.
·         Considera que la cosas deben hacerse en el orden que él considero, acorde a sus prioridades o necesidades.




Bibliografía:

El secreto para superar el abuso verbal. Albert Ellis y Marcia Grad. 2002.

ABUSO VERBAL

Abuso verbal: hechos duros y fríos: Reflexión para las relaciones de parja


1. El abuso verbal es una forma de violencia doméstica. Es una forma de tortura psicológica y emocional. No es nunca una forma de amor.

2. La poderosa conexión entre la pareja en una relación abusiva normalmente se percibe como amor, cuando de lo que realmente se trata es de una desesperada dependencia emocional mutua.

3. Intentar llegar de manera emocional hasta una pareja que se está comportando de forma irracional es algo que está condenado al fracaso.

4. Los abusadores verbales que no reciben ayuda profesional no mejoran; casi siempre empeoran.

5. El abuso verbal en ocasiones se extiende hasta incluir los ataques físicos a objetos: golpeando, tirando, desgarrando y rompiendo las cosas. Los ataques físicos a objetos pueden extenderse a ataques físicos sobre la pareja.

6. El abuso verbal es la primera etapa del abuso físico. el abuso verbal siempre precede y acompaña al abuso físico, pero muchas parejas que abusan de manera verbal nunca se vuelven violentos.

7. Las amenazas verbales de hacer daño y el blandir armas deben tomarse muy en serio.

8. Cuando el abuso verbal que ha estado sucediendo en privado empieza a tener lugar delante de otras personas, a menudo es una señal de que el abuso está avanzando hacia la segunda etapa: el abuso físico.

9. cuando sea evidente que existe una amenaza física, debes tomar medidas preventivas. Consigue ayuda y márchate. O, al menos, prepárate a conciencia para el caso de que alguna vez tengas que marcharte apresuradamente.

10. Es mucho más fácil salir de una relación verbalmente abusiva antes de que hayas estado en ella durante años y que, a largo plazo, te haya cobrado un peaje emocional, psicológico y físico enormemente debilitador.


El secreto para superar el abuso verbal. Albert Ellis y Marcia Grad. 2002.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Habilidades Sociales, que son ? Una mirada general

Que son?
Las habilidades sociales hacen referencia a la capacidad de expresar nuestros pensamientos y sentimientos de forma clara y precisa partiendo del respeto hacia el otro.  Es el conjunto de comportamientos que se manifiestan en situaciones de relación con otras personas, en las que se expresan sentimientos, pensamientos, ideas u opiniones.
Tanto a nivel social como laboral generalmente se producen situaciones en  las que hay que hacer cumplidos, expresar agrado y afecto, rechazar peticiones, expresar opiniones, hacer llamados de atención, pedir un cambio de conducta o disculparse. Por ello, por medio de estrategias claras se adquiere la habilidad para desempeñarse adecuadamente en cualquier tipo de situación de manera asertiva

Personas Asertivas:
Expresan directamente lo que sienten, sus necesidades, sus derechos y sus opiniones pero respetando los derechos de los demás. En las conversaciones con los demás, lo que expresan con palabras va acompañado de conductas no verbales: postura adecuada, gestos con la cara y con las manos. Todo ello para reforzar o aclarar el contenido de la conversación.

         Para actuar Asertivamente:
Piensa que quieres decir
Piensa las consecuencias de tu conducta.
 Actúa respetando los derechos de los demás.

Personas No Asertivas o Pasivas:

         Tienen incapacidad o mucha dificultad para expresar sus sentimientos, pensamientos, opiniones, son incapaces de decir NO. Dejan que los demás violen sus derechos. Se comportan de la siguiente manera: Evitan el contacto visual, volumen de voz bajo, postura corporal tensa, nervios y ansiedad. A nivel laboral, la persona posee la sensación de ser incomprendida, se siente sola e incluso puede llegar a somatizar como manera de llamar la atención.

Personas Agresivas:
Suelen emplear gestos amenazantes, un lenguaje con doble sentido que ofende al interlocutor y muestra una actitud de desprecio o descalificación por lo que dicen u opinan los demás. Siempre desean “salirse con la suya”, a costa de lo que sea. Con este comportamiento lo único que logran es que los demás los eviten, perdiendo de esta manera amigos.
Características:

Mirada fija
Voz muy alta
Habla muy rápido
Gestos de amenaza
Postura intimidatoria
Actitud de enfrentamiento

Aspectos que Perturban la Comunicación:

Elección de un momento poco adecuado para la conversación
Hacer preguntas impertinentes, de reproche.
Poner “deberes” a los demás haciendo uso excesivo de la expresión: “ tu deberías”
Cuando lo que se dice no corresponde con los gestos.
Interrumpir a la persona que habla.
Pasarse de chistoso.
Emplear la ironía
Dar consejos repetidamente  sin que se los pidan.
Ponerle doble sentido a todo lo que se dice.
Discutir por discutir, sin aportar soluciones.
Ignorar a nuestro interlocutor.
Juzgar los mensajes de quien habla con nosotros.
Dar respuestas cortantes.
Emplear un volumen de voz muy alto o muy bajo.
Adivinar lo que nuestra interlocutor nos quiere decir.



jueves, 5 de septiembre de 2013

Reflexión sobre imagen corporal






Foto: The Mom (grupo en Facebook)

Reflexión:  La búsqueda del cuerpo perfecto solo muestra la imperfección del mismo. María del Carmen Vera M.

Pon en la balanza  un cuerpo  "perfecto" versus tus sueños, fortaleza, opciones, belleza, talento, sueños, y estos cuanto pesan?