EL ABUSO SUTIL
El
abuso sutil te produce la incómoda sensación de inquietud de que hay algo que
está muy mal, pero no puedes llegar a averiguar que es. Puede que sientas una
sensación de malestar en el estómago, un nudo en la garganta, o alguna reacción
física. Cuando convives con el abuso sutil, te tornas tan condicionada por él
que no parece tan malo como una vez lo fue. La ansiedad callada se vuelve tu
nueva norma. Pero el efecto acumulativo a través del tiempo de las múltiples
repeticiones de abuso sutil puede ser devastador. Aunque las variaciones de
abuso sutil son muchas, todas tienen que ver con el ser tratada con
desconsideración. Algunas de las formas más comunes son:
·
Expresiones
desaprobadoras y acusatorias, tales como un rostro exasperado o enfadado, lo
cual niega tu pareja, con lo que implica que te imaginas cosas.
·
Tono
de voz desaprobadores, acusadores o sarcásticos, lo cual niega tu pareja,
normalmente afirmando que has oído mal.
·
Comentarios
hirientes emitidos con una voz sincera y preocupada.
·
Críticas
sobre tu apariencia, las cosas que dices, o la manera en que las dices, que tu
pareja argumenta que son por tu propio bien.
·
Comentarios
sobre que estás equivocada, eres estúpida, descuidada o por otra parte corta o
incapaz, que tu pareja niega haber querido insinuar o decir en absoluto.
·
Juicios
o incluso rechazo sobre la validez de tus ideas, pensamientos o sentimientos.
Tu pareja insiste en que conoce tus intenciones, pensamientos o sentimientos
mejor que tu.
·
Te
desafía o emite observaciones condescendientes sobre opiniones, creencias,
elecciones, decisiones, metas, sueños o logros. Tu pareja siempre te exige
pruebas antes de creer lo que dices.
·
Insultos,
comentarios despectivos, u observaciones sarcásticas, que pueden incluir
réplicas ácidas o desaires hacia ti, tu familia o amigos, tu trabajo o las
cosas que te gusta hacer. Tu pareja te explica que no quiere insinuar nada
sobre ti, no quiere decir lo que piensas que quiere decir, sólo está bromeando,
te lo estás imaginando o puede que niegue haber llegado a hacer en absoluto el
comentario.
·
Bromas
que te rebajan y que pareja afirma que te las has tomado mal. Te acusa de ser
demasiado sensible y de exaltarte en exceso.
·
Comentarios
repetidos de que algún otro, siempre o nunca hace esto o aquello, queriendo
insinuar que la otra persona es mejor que tu.
Cuando consigues algo especial, tu pareja no lo ve como algo importante.
·
Conducta
insensible o hiriente que arruina tu humor cuando te sientes feliz o excitada o
cuando estás celebrando algo especial.
·
Interrupciones
de tu pareja cuando conversas. Te interrumpe cuando estás hablando con otras
personas o contesta preguntas dirigidas a ti.
·
Repetidas
acusaciones de que prestas más atención a tus hijos, a otros miembros de la
familia o amigos que a él.
·
Altera
tus palabras, distorsionando el significado de lo que dices.
·
Dice
lo que tiene que decir, y luego se niega a escucharte a ti.
·
Te
ignora o no te responde cuando le haces una pregunta.
·
Te
paga con silencios y rechaza que algo esté ocurriendo.
·
Te
oculta sus pensamientos y sentimientos.
·
Con
frecuencia no aparece en acontecimientos que son importantes para ti, llega
tarde, o no viste de la manera adecuada.
·
Espera
o desea que estés en casa esperándole incluso cuando no sabe o no dice cuándo
llegará.
·
Rompe
sus promesas y compromisos contigo: acepta hacer cosas pero no las hace,
después afirma que se le “olvidó” o te exige que dejes de regañarlo por ello.
·
De
manera habitual se niega a llevar a cabo pequeñas peticiones que otras personas
considerarían razonables.
·
Por
rutina coloca sus deseos y necesidades por delante de los tuyos.
·
Generalmente
no acepta que ha cometido un error o que
se ha expresado de manera inadecuada.
·
Tiende
a manipularte de tal manera que te sientas “culpable”.
·
Suele
hacerte sentir como si tus cosas no fueran importantes.
·
Te
dice que gracias a él tienen esto o aquello.
·
Considera
que la cosas deben hacerse en el orden que él considero, acorde a sus
prioridades o necesidades.
Bibliografía:
El secreto para superar el abuso
verbal. Albert Ellis y Marcia Grad. 2002.
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