sábado, 14 de mayo de 2011

PAUTAS BÁSICAS EN EL MANEJO DISCIPLINARIO

Muchas veces en consulta con padres de familia encontramos inquietudes respecto a como manejar o instaurar disciplina en los niños, por ello a continuación encontrarán algunos aspectos básicos para lograr este objetivo. En próximos escritos iré profundizando en este tema.



Educar es una labor compleja que requiere un trabajo conjunto entre padres y colegio, más cuando el menor presenta dificultades a nivel de comportamiento o en el aspecto académico. Recordemos que los resultados dependen de la perseverancia y constancia con que se utilice la estrategia de modificación de conducta.

Es muy importante crear hábitos y rutinas en los niños como parte del proceso de apropiación de las normas que rigen el hogar, responsabilidad esta, que compete a los padres de familia, quienes deben tener claro que normas se manejarán al interior de la familia y cuales serán las responsabilidades asignadas al menor respecto a su propio espacio u objetos. Ejemplo: Recoger los juguetes, desvestirse/vestirse, alistar los útiles escolares, tender la cama, dejar la ropa sucia en un lugar específico, etc.…

Se sugiere que cuando los padres estén iniciando este proceso se adopten máximo 3 normas, mientras el menor las interioriza, una vez las haga de manera automática, se pueden integrar nuevas normas. El éxito del proceso depende de la supervisión continua por parte del adulto. Es importante involucrar a las personas que están con el niño en este proceso de cambio de conducta: abuelos, niñeras y demás colaboradores.

Probablemente existen varias razones por las cuales los padres no refuercen positivamente la conducta de su hijo con frecuencia. Una pudiera ser que a veces un padre considera la conducta positiva como algo que se espera y por lo tanto, no merece reconocimiento o valor especial. Los padres que piensan así  son más cuando propensos a señalar la conducta del niño cuando sea incorrecta, con lo que darán aun más atención negativa a esos comportamientos inadecuados (reforzamiento negativo). Recuerden que a los niños les gusta escuchar elogios, por lo tanto si deseamos cambiar una conducta debemos elogiar todo comportamiento adecuado, con el objeto que el menor se dé cuenten que cada vez que hace algo bien recibe una recompensa positiva: beso, abrazo, una palmadita, unas palabras de aprobación o apoyo.

Otro error común que cometen los padres tiene que ver con la poca constancia en la aplicación de las consecuencias por la falta cometida, en ocasiones castigamos “X” comportamiento porque estamos de mal genio o cansados pero si estamos felices o desatentos no aplicamos la consecuencia, generando así en el menor un juego de ensayo y error. Es importante que los padres estén de acuerdo en la consecuencia a  aplicar y no desautorizarse delante del menor, en caso de tener diferencia discutirlas en privado hasta llegar a un acuerdo.
En muchas ocasiones le decimos reiteradamente al menor que se porte bien, lo amenazamos con castigarlo y sin embargo el niño no reacciona a estas advertencias.
Cuando se vaya a llamar la atención al niño tenga en cuenta lo siguiente:

1.       Establezca contacto visual con el niño.
2.       Utilice un tono de voz firme.
3.       Imparta la orden (sea conciso)
4.       Asegúrese que el menor comprenda la orden.
5.       Supervise el cumplimiento de la misma.

Si el menor no obedece establezca la consecuencia de manera inmediata. El castigo, cuando se aplica debe hacerse con razón, constancia y el respaldo de ambos padres o acudientes.  El refuerzo positivo utilizarlo para reconocer cualquier mejoría que tenga el niño en relación con una mala conducta específica.  Los padres que deseen cambiar la conducta deben reforzar positivamente inmediatamente después de producirse la conducta deseada. Cuando se enseña una nueva conducta es mejor reforzar cada vez que ese comportamiento se manifiesta. Nuevas conductas requieren un refuerzo inmediato  y continuo para iniciarse.

Igualmente, es importante eliminar las “etiquetas” que le colocamos al menor: “siempre estas molestando”, “eres insoportable”, “eres grosero”, “desobediente”, etc.…, lo único que logramos con esto es generar sensación de rechazo y agresividad en el menor, ya que estamos haciendo un reforzamiento negativo del comportamiento inadecuado, lo cual aumenta este tipo de conducta.

Para finalizar, recuerdo mantener una actitud de diálogo permanente con su hijo, generando una comunicación y confianza entre el menor  y sus padres.

TODO CAMBIO ES UN PROCESO Y EL ÉXITO ESTA EN LA CONSTANCIA!

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