La
autocompasión es una de las principales formas de baja tolerancia a la
frustración, y es habitual entre las personas mayores. Algunas de las formas más habituales de
autocompasión son:
1. Lo que envidio de los demás
2. Lo que yo solía hacer
3. Lo que yo debería haber hecho
4. Lo que los demás deberían hacer por mí.
5. Los demás deberían devolverme lo que
he hecho por ellos.
Observe
que, en todas las formas de autocompasión, hay un saludable deseo de que los
demás tengan en cuenta sus limitaciones y hagan algo por cubrirlas. Pero
también hay una exigencia infantil de que las cosas NO DEBERÍAN ser como son,
cuando usted puede hacer poco o nada por impedir que así sean. Cada vez que se
compadezca de sí mismo, busque estas
exigencias sutiles pero obvias, desafíelas y cuestiónelas, y conviértalas en
preferencias. Entonces, quizás se sienta apenado y decepcionado, pero no se
sentirá horrorizado, por alguno de
los inconvenientes que supone hacerse mayor.
Envejecer con Plenitud. Albert Ellis. 1998